Verdadera paradoja, que la gran república de Putin, bombardeé la que fuera patria chica del gran timonel, Stalin. Por que justamente fue él, quien firmando la paz de los aliados en Yalta, junto a Roosevelt y Churchill, consolidaría el control ruso de esa parte del mundo y dejaría a los aliados la repartición de los países árabes, como por ejemplo, de los territorios de la Palestina, que serian en definitiva donde se asentaría el estado de Israel y donde se perpetuaría, hasta hoy, otro conflicto que a falta de ser casual es causal. La ley de la causalidad y la política no son un juego de dados. Pero, estamos descubriendo que el agua moja y a veces, mucho.
Una ultima constatación: una reciente publicidad de una marca de maletines bastante aristócrata, mostraba la imagen de aquel icono que precipito la caída del imperio con pies de arcilla: Mikhail Gorbachev*, la mirada perdida en el muro berlines, testigo del ascenso y la caída. Tal vez el efecto perseguido no fue el logrado, pero hay algo que molesta al hombre político, tal vez sus propios fantasmas aun lo persiguen. Causalidad.... casualidad? Los recientes sucesos, así parecen confirmarlo.
*Ver la foto y un interesante articulo en http://www.nytimes.com/2007/11/05/business/media/05vuitton.html